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lunes, 24 de agosto de 2015

Notre Dame

- ¡Agua!- repitió por tercera vez Quasimodo.
Entonces vio cómo se apartó el gentío. Una muchacha curiosamente ataviada salió de entre la gente. Iba acompañada de una cabrita blanca de cuernos dorados y llevaba una pandereta en la mano.
El ojo de Quasimodo centelleó. Era la bohemia a la que había intentado raptar la noche anterior, fechoría por la que comprendía vagamente que estaba sufriendo aquel castigo, lo que, por otra parte, no era cierto ni mucho menos, pues se le estaba juzgando por la desgracia de ser sordo y por haber sido juzgado por un sordo. Estaba seguro de que también ella había venido para vengarse y darle, como hacían los otros, su golpe correspondiente.[...]
Ella, sin decir una sola palabra, se aproximó al reo, que se retorcía en vano para librarse de ella, y soltando una calabaza que a guisa de recipiente tenía atada a la cintura, la acercó muy despacio a los labios áridos del desdichado.
Entonces, de aquel ojo tan seco y encendido hasta entonces, se vio desprenderse una lágrima que fue lentamente deslizándose por aquel rostro deforme y contraído hacía ya mucho rato por la desesperación

El primer lugar que visité durante mi estancia en París, fue la Catedral de Notre Dame, quizá por eso, es uno de mis lugares preferidos de París, Notre Dame y el Sacre Coeur. 

La Catedral de Notre Dame es la sede episcopal de París. Es una de las edificaciones de estilo gótico más antiguas ya que se empezó a construir en 1163 y se terminó en 1345.

Se encuentra situada en la Isla de la Cité, comunicada con el resto de la ciudad por varios puentes, uno de ellos abarrotado de candados con dedicatorias, nombres de los enamorados y fechas, incluso en las farolas. 

El rápido crecimiento de la ciudad tanto en la política como las relaciones comerciales, dan paso del románico al gótico. Las burguesías adineradas tienen otras necesidades igual que el crecimiento del clero urbano, todo esto hace que la Catedral de Notre Dame de París, sea posible.

En la literatura tiene un papel importante esta catedral, al inmortalizarla el célebre Victor Hugo en su novel Nuestra Señora de París.



Y la catedral no era sólo su compañera, era el universo; mejor dicho, era la Naturaleza en sí misma. Él nunca soñó que había otros setos que las vidrieras en continua floración; otra sombra que la del follaje de piedra siempre en ciernes, lleno de pájaros en los matorrales de los capiteles sajones; otras montañas que las colosales torres de la iglesia; u otros océanos que París rugiendo bajo sus pies.
Víctor Hugo, Nuestra Señora de París, 1831







Aquel espectador no se había perdido nada de lo que, desde el mediodía, había ocurrido ante el pórtico de Notre Dame. Ya desde los primeros momentos, sin que nadie se hubiera preocupado de mirarle, había atado fuertemente a la columnillas de la galería una gruesa cuerda de nudos cuyo extremo colgaba hasta la escalinata. Una vez hecho esto de había quedado mirando tranquilamente y silbaba de vez en cuando al pasar los mirlos delante de él. De pronto, cuando los ayudantes del verdugo se disponían a ejecutar la flemática orden de Charmoule, saltó al otro lado de la balaustrada de la galería, se cogió la cuerdo con los pies primero, con las rodillas y con las manos luego, y después se vio descolgarse por la fachada como una gota de lluvia deslizándose por un cristal; se le vio luego correr hacia los dos verdugos con la velocidad de un gato caído de un tejado derribarles con sus enormes puños, coger a la gitana de una mano, como una niña coge una muñeca y de un solo salto llegar hasta la iglesia, alzando a la joven sobre su cabeza y gritando con voz estentórea:
-¡Asilo!
-¡Asilo!¡Asilo!- repitió la muchedumbre y diez mil aplausos hicieron refulgir de alegría y de orgullo el único ojo de Quasimodo.
La sacudida hizo volver en sí a la condenada que abrió los ojos al ver a Quasimodo volvió a cerrarlos súbitamente como asustada de su salvador.
Charmoule y los verdugos y toda la escolta se quedaron atónitos. En el recinto de Notre Dame, la condenada era, en efecto, inviolable, pues la catedral era un lugar de asilo y toda la justicia humana expiraba en sus umbrales.
    
















Si tenéis oportunidad de ir, no os olvidéis de visitar las 2 torres  de 69 metros y muuuchos escalones, que se accede a ellas a través de una puerta en el lateral.

Se sube por una torre a través de una larga escalera de caracol, se cruza por una galería y se baja por la otra torre. 

Cruzando la galería de las quimeras, tendremos unas vistas inmejorables de la ciudad y del paso del río Sena a través de ella. 

Aquí, en la torre sur, se encuentra la famosa campana Emmanuel. 


La plaza que encontramos en la fachada principal, tampoco no deja indiferentes, ya que podéis encontrar personajes de lo más variopinto, aprovechando la ocasión para ver si pueden sacarse algo de dinero pidiendo la voluntad. 


Hay que pagar par entrar, como ya os conté en el post anterior, os recomiendo comprar el ParisPass y así tenéis la entrada pagada y en algunos monumentos os ahorráis las colas.

lunes, 17 de agosto de 2015

La Estatua de la Libertad


Hay que reconocer que pasear por las calles de París un sábado a las 8 de la mañana tiene mucho encanto. La ciudad de la luz se ilumina lentamente mientras la mayoría todavía duerme y otros han madrugado para hacer deporte o solo, para disfrutar del silencio antes de que despierte. 


















La Isla de los Cisnes es otra isla situada en el río Sena, como la Isla de la Cité o la Isla de St-Louis, cercanas a Notre Dame. 
Es una isla artificial creada en 1827 para proteger el puerto de Grenelle. Se llega a través de la estación de metro Bir-Hakeim y está atravesada por tres de los más de 30 puentes que hay en París, el puente de Grenell, el de Rouelle y el puente Bir-Hakeim.

En ella encontramos ubicada la réplica de la Estatua de la Libertad americana. Esta fue una donación de la comunidad parisina que vive en Estados Unidos, con motivo de la celebración del centenario de la Revolución Francesa, y fue inaugurada por su presidente Marie François Sadi Carnot, el 4 de julio de 1889. En su base hay una placa conmemorativa y en la mano lleva una tabla con las inscripciones IV Juillet 1776 y XIV Juillet 1789, en recuerdo de la independencia americana y del día de la toma de la Bastilla.


Aún podemos encontrar más ejemplares de Estatuas de la Libertad; una en los Jardines de Luxemburgo y otra más pequeña en el Musée des Arts et Métiers.

lunes, 10 de agosto de 2015

París desde el Sena...

Otra forma divertida de visitar París, y aprovechar para descansar un poco, es hacerlo con los Bateaux Parisienne. 
Esta compañía que inició sus rutas en 1956 ofreciendo paseos por el Sena en pequeñas motoras, en 1987 abrieron horizontes llegando en la actualidad a poseer 12 barcos en los que además de pasear, se pueden celebrar reuniones de empresa o disfrutar de una romántica cena.

El viaje es de aproximadamente una hora y hay varias rutas con diferentes precios. En este tour se puede ver la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad parisina, Notre Dame...al tiempo que se cruzan algunos de los 30 puentes que tiene París, y vuelve al punto de partida dando la vuelta en las Ile de la Cité y la Ile St-Louis. 

Al mismo tiempo, se puede escuchar a través de un teléfono la explicación del viaje con breve explicación del origen de los diferentes monumentos que van apareciendo, y "...los secretos de París...." en 4 idiomas. 
Quizá lo único que tengo a decir en contra, es el elevado precio del ticket de embarque, pero si vamos a París y queremos visitar monumentos, yo os recomiendo comprar el ParisPass (tarjeta de 2 días con pases incluidos a casi todos los monumentos, barco, autobuses turísticos, metro...), y escurrirla al máximo. 


miércoles, 5 de agosto de 2015

El Santuario de la Fontcalda









El Santuario de la Fontcalda fecha del s. XIV cuando un grupo de frailes formó una comunidad que no continuo debido al aislamiento del lugar. La iglesia es la tercera y es del 1753, iniciativa del Mn. Antonio Soler. Es de estilo neoclásico y las pinturas sobre el altar mayor son obra de Josep Lahosa. 

Para llegar a la Fontcalda hay que hacer un largo recorrido a través de la Sierra de Pàndols. El paisaje merece la pena y aunque se hace eterno el llegar, merece la pena. 

Los cuatro picos de izquierda a derecha: Santa Bárbara, Rocamala, Falconera y Agulla de Bot 


El lugar recibe el nombre de una fuente de agua minero-medicinal que surge a 38 grados, del río Canaletes, al lado del Santuario, popularmente conocida como la Fuente de los Chorros. 

Aunque hay un restaurante - bar, también dispone de bastantes espacios adaptados para hacer pic-nic y también, siguiendo la pasarela por encima de las rocas, a los largo del río y las piscina que va formando, podéis encontrar un sitio donde dejar toallas y mochilas para bañaros y comer.







Sin duda, lo más espectacular es el paisaje que nos ofrece el río, abriéndose camino entre grandes paredes de piedra y formando, como ya os he dicho, piscina naturales donde poder bañaros. 

Si estáis por la zona de Gandesa y os apetece hacer una excursión, no os perdáis el Santuario de la Fontcalda! Un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza con toda la familia.

domingo, 2 de agosto de 2015

EL FARO DE ST. CARLES DE LA RÀPITA


Hace ya un par de años que visité el faro de St. Carles de la Ràpita. Se puede llegar a él dando un paseo a lo largo de su paseo  marítimo. El faro ha quedado integrado en una zona residencial, en primera línea de mar, casi en la misma playa.

Esta vez no he conseguido encontrar ninguna leyenda ni historia como otras veces, así que, transcribo la explicación técnica del faro, según el ingeniero jefe de Tarragona en 1875 Cecílio Cardenal:

EL FARO DE SANT CARLES DE LA RÀPITA 


"El Faro de Sant Carles de la Ràpita es de 6º orden, de luz fija roja y se halla situado a la entrada del puerto de los Alfaques, en la punta llamada Senieta, al pie de unas estribaciones en que la divisoria derecha del Ebro se ramifica la aproximarse al mar. 

El edificio se halla situado a 40 m de distancia de la orilla del agua y a 2,2 m sobre el nivel de la misma. 
Pedido por la Superioridad en 7 de febrero de 1860, el proyecto fue estudiado por el distinguido Ingeniero Jefe D. José Álvarez y aprobado con fecha 3 de julio de 1861, construyéndose las obras por el sistema de contrata, bajo la inspección del mismo Ingeniero y terminándose en abril de 1862, siendo recibidas en mayo del mismo año. 
Adquiridos en París en la casa del constructor Mr. Henry Lepaute la linterna, aparato, lámparas y demás efectos necesarios para el alumbrado, fueron estos recibidos por el Ingeniero Jefe en 27 de Septiembre de 1962, procediéndose desde luego a armar el aparato y linterna, operación que quedó concluida el 21 de diciembre de 1862, encendiéndose la luz en 1º de noviembre de 1864. 
La arquitectura es en extremo sencilla. Sobre un zócalo de sillería de 0,50 m de altura se elevan las fachadas de mampostería con aristones de sillería, en una altura de 2,90 ml, sobre la que corre la cornisa de esta última clase de fábrica y de un grueso de 0,30 m, siendo por lo tanto la altura total del edificio hasta coronación de 3,70 m. Termina éste con un sencillo pretil de mampostería. Ábrense en la fachada principal la puerta y dos ventanas, 1 de éstas en cada una de las fachadas laterales y 3 ventanas en la posterior. 



En el centro de éste se eleva la torre de sillería cilíndrica, de 2,30 m de diámetro exterior y de 1,30 m de altura. Alrededor de este, sobre la cornisa de la torre, queda un pequeño espacio anular que, defendido con una barandilla de hierro, sirve al balconcillo para facilitar la limpieza de la linterna. 
La linterna no difiere en cuanto a detalles, de los adoptados por el constructor francés arriba expresado para faros de estos órdenes y es por lo tanto bien conocido en España; únicamente presenta la particularidad de que el diámetro del círculo inscrito a las caras interiores de los montantes, es de 1,60 ml en vez de 1,40 como le correspondería según modelo, resultando de aquí que la apotema de la sección de la linterna se a de 1,70 m en vez de 1,50 m y que ésta resulte ser de 5º orden, en vez de 6º, como corresponde al faro. Comprende 16 cristales distribuidos en sus 8 caras

El aparato de 6º orden ilumina todo el horizonte a cuyo fin lleva uno de los segmentos unido al resto por charnelas, de modo que pueda abrirse para permitir la colocación de la lámpara. 
Se compone, como de ordinario, de la zona dióptrica, y las segundas catadióptricas, abrazándola 1ª, cuyo radio es de 0.30 m, un ángulo vertical de 61,30' y las 3 reunidas, uno de 144º 33', llevado respectivamente la superior y la inferior 5 y 3. 


La luz roja se obtiene por medio de chimeneas de color rojo del cobre. 



No habiéndose colocado el pararrayos al tiempo de construir el edificio, se ha colocado este año, aprovechando para ello una punta que remitió el Depósito de Valencia como repuesto para el Faro de Buda. 

El coste total del faro es el que a continuación se detalla: 
Importe de la liquidación del edificio 14.861,00 pesetas. Valor del aparato, linterna, luz, etc. 5.125,36 pesetas. Mobiliario 2.732,50 pesetas. Pararayos 102,80 pesetas. Verja de hierro 7.415,02 pesetas. TOTAL 30.326,68 pesetas.
Falta en este resumen el importe del montaje del aparato, del cual no ha sido posible encontrar antecedentes en las oficinas de la provincia.



Tarragona 19 de gener de 1875 
El ingeniero: Cecilio Cardenal"

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