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lunes, 15 de abril de 2013

SANT JORDI

El 23 de abril es Sant Jordi. Los hombres regalan una rosa a sus parejas y ellas un libro en señal de su amor. Esta tradición se remonta al siglo XV y se cree que pudo tener su origen en los mercados de rosas que se hacían en verano en Barcelona. La rosa simboliza la pasión y va acompañada de un lazo con la bandera catalana y una espiga de trigo que simboliza la fertilidad. 
Es una de las fiestas que más me gustan. Las calles se llenan de niños vendiendo rosas, mercadillos de libros...Incluso han creado pasteles y el Pan de Sant Jordi (un pan cuadrado representando la "senyera", la bandera de Cataluña, hecho con queso y tomate). 

Este día se promueve la venta de libros con firmas de algunos autores en los mismos mercadillos y descuentos en las compras. También se celebra la muerte de Cervantes y Shakespeare, aunque curiosamente ninguno murió el 23 de abril. Cervantes murió el 22 y fue enterrado el 23. Y Shakepeare según el calendario juliano murió el 23, pero según el calendario gregoriano murió el 3 mayo. 
El 23 de abril fue declarado por la Unesco El día Internacional del Libro en 1996. Alguna recomendación para este Sant Jordi?

A continuación os transcribo una de las muchas versiones que hay de la leyenda de Sant Jordi. 
Hace muchos, muchos años el pueblo de Montblanc era debastado por un monstruo feroz y terrible que podía volar, nadar y caminar y tenía un aliento tan maloliente, que desde muy lejos con sus bocanadas envenenaba el aire y producía la muerte a todos los que lo respiraban. El monstruo era el estrago de los rebaños y las personas, y por toda aquella comarca reinaba el terror más profundo. Preocupados por la situación, los habitantes de Montblanc pensaron en dar al dragón, cada día de comer a una persona, para intentar calmarlo. El problema era encontrar la persona para sacrificar cada día para ser devorada por el dragón.



Y así fue como después de una larga discusión, los aldeanos decidieron sortear cada día quién sería la persona que iría a parar al estómago del dragón.



Y así lo hicieron, y parece ser que la jugada les salió bien, el abominable bestia se debería sentir satisfecha, porque dejó de hacer estragos y maldades por aquellas tierras.

Pero he aquí que un día, la suerte hizo que le tocara ser devorada a la hija del rey. La joven princesa era muy simpática, amable, bonita y elegante. Tenía el corazón de todos los ciudadanos robados, por lo que cientos se ofrecieron para sustituirla. Pero el rey, afligido y dolorido, fue justo y severo, su hija era como cualquier otro.

Si le había tocado había que ir. Y así fue como la joven doncella salió del castillo para encontrarse con la bestia mientras todo el pueblo miraba desconsolado y afligido, como la princesa se dirigía hacia el sacrificio. Pero mientras la chica se dirigía hacia la guarida del monstruo, un joven caballero, con una brillante armadura, montado sobre un caballo blanco, se presentó. La doncella le miró y le advirtió:
- Huid! huid rápidamente de aquí! noble caballero, si os quedáis por aquí, aparecerá la bestia y sólo os vea os devorará.
  
El joven caballero, se la miró y le contestó:
- No os preocupéis joven doncella. Si estoy aquí es porque he venido expresamente. He venido desde muy lejos para protegerla y para liberar su pueblo de esta fiera. No tuvo tiempo ni de decir esto, que de repente salió la fiera, ante el horror de la princesa y el gozo del caballero. Comenzó una intensa pero breve lucha, hasta que el caballero le clavó una buena estocada con su lanza, que dejó malherida a la terrible bestia y la mató. 

De la sangre que brotó surgió rápidamente un rosal, con las rosas más rojas que la princesa hubiera visto nunca, rosal del que el joven caballero cortó una rosa y la ofreció a la princesa. 

Esta versión es una adaptación de la leyenda de San Jordi. En la versión original, recogida por Joan Amades en el Costumari Catalán en 1904, cuando San Jorge hirió al dragón, no lo mató, una vez herido, San Jorge lo ató y se lo dio a la princesa, que lo llevó hasta el pueblo de Montblanc donde la gente le perdió el miedo. Y fue allí donde la gente del pueblo lo acabó de rematar. Esta última versión es la que se puede ver cada año por Sant Jordi en Montblanc, en una representación que hacen.

También estoy por aquí! 

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