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lunes, 21 de enero de 2013

TOSSA DE MAR

 

Imagina un lugar donde puedas viajar en el tiempo ....


 
...y transpórtate a escenarios de épocas pasadas. Tossa es como un gran museo al aire libre. Sus vestigios prehistóricos dan paso a una Turissa romana, a una Tursa medieval y a una Tossa moderna convertida primero en refugio de artistas e intelectuales y más tarde en destino emblemático de turistas y visitantes.
Pueblo de pescadores situado en la Costa Brava rodeado de presciosas calas como Cala Salions, Giverola o Llevadó, y enfrentada al mar mediterráneo por una gran playa de arena llamada La Platja Gran. 
 
  
   




 















Declarado monumento histórico-artístico nacional en el año 1931, el recinto amurallado de la Vila Vella es el emblema del municipio. Actualmente es el único ejemplo de población medieval fortificada que todavía existe en el litoral catalán. Construida a inicios del s. XIII, con muros almenados, conserva la casi totalidad de su perímetro original . El lienzo de muro distribuye cuatro torreones y tres torres cilíndricas rematadas por matacanes. Las torres más conocidas son la torre d’en Joanàs, que preside la bahía; la torre de las Horas, situada a la entrada del patio de armas, que debe su nombre a que era el único lugar donde se situó un reloj público; y la torre de es Codolar, también conocida como la torre del Homenaje, que preside la playa de es Codolar.
 
En el punto más alto de la Vila Vella había habido un castillo, que consistía en una torre de vigilancia y una estancia de planta rectangular. Actualmente no existe, puesto que en su lugar se edificó el actual faro. 

Situado en la parte más elevada de la Vila Vella, el Faro de Tossa (1917), todavía en activo, es también la sede del Centro de Interpretación de los Faros del Mediterráneo. Este equipamiento innovador, en cuanto a su planteamiento museológico, es un espacio de referencia para toda persona interesada en obtener una visión más amplia del mundo de las señales marítimas. El centro es audiovisual, a fin de que resulte fácil de entender para todo el público, sea cual sea su condición idiomática. El discurso nos acerca a la historia y a la tecnología del mundo de los faros, así como también a la vida de los fareros. El espacio propiamente de museo permite contemplar diversas piezas relacionadas con este patrimonio marítimo.



 

jueves, 10 de enero de 2013

ALIMARA II

Mi colección de faros...



CAP DE CREUS


El cabo de Creus se llamaba en la Edad Media cabo de los Diablos, sin duda por el riesgo que conllevaba navegar demasiado cerca. Es el faro situado más al este de la Península Ibérica. El fuerte embate de los vientos, junto con la acción del mar, han desbastado en la roca formas extrañas y han forjado un roquedal de inusual belleza que ha inspirado la paleta de artistas. Antes de construir el faro actual, se estudió la posibilidad de darle otros emplazamientos. La presente ubicación responde a la lógica geográfica, puesto que el faro está construido sobre los cimientos de una torre de señales romana que en la Baja Edad Media también sirvió como torre de vigía.

En la plenitud del peligro turco, se proyectó la reconstrucción de la torre, que el paso del tiempo había reducido a ruinas. Su edificación se consideró tan necesaria que incluso el Consejo de Ciento de Barcelona aportó 200 libras. El faro, a 87 metros de altura, azotado por la tramontana y los fuertes levantes, es un punto de referencia de una de las zonas de navegación más dura de la costa catalana.

Se halla en la punta de L’Esquena, la parte más sobresaliente del cabo de Creus, a unos 400 m del mar y a una altura de 75 m, sobre un acantilado negro con una orografía escarpada y complicada que se precipita sobre el mar y forma varias calas agrestes, frente a la isla de S’Encalladora.
El embarcadero de cala Fredosa, en la parte sur, situado a cerca de un kilómetro del faro, sirvió para descargar los materiales de construcción y, una vez erigido el faro, para recibir el avituallamiento.

La mejoras tecnológicas hicieron que en la primera década del siglo XX la tercera plaza de farero se suprimiera.

Finalmente, en 2001 se marchaba la última y más veterana torrera, Elvira Pujol, nacida en L’Escala, quien evocó su relación con este entorno salvaje.

EL FARO Y EL CAMPANARIO DE COLLIURE

El campanario fue construido en la Edad Media y utilizado como faro de Collioure. La Nave de la iglesia fue construida en 1684 y apegada al campanario. Su estilo es el gótico meridional. El retablo de altar mayor es de estilo barroco catalán tallado en madera y recubierta con lamina de oro, es obra del catalán Josep Sunyer. La cúpula del campanario se coloco en 1810.

Anunciaba la ubicación del antiguo puerto de Collioure mediante humo durante el día y mediante fuego durante la noche.
A finales del siglo XVII, la antigua iglesia de Collioure fue destruida, pero los consules de la localidad consiguieron que una nueva fuera construida junto a los arrecifes de la vila, y pasó a apoyarse sobre el faro. El gobernante de la ciudad, no quería que Colliure continuara siendo puerto, ya que prefería que esta actividad se llevara a cabo en Por Vendres, donde la bahía era mucho más profunda, y fue el motivo por el cual el faró pasó a ser el campanario de la iglesia.

Posteriormente,desaparecido El faro, construieron al final del espigon uno más pequeño, simplemente para señalizar la entrada en la Bahía.

TOSSA DE MAR

Tossa de Mar
S'Aranella (Port de la Selva)




















Faro gemelo del faro de s'Arnella, en Port de la Selva, fue inagurado el 27 de agosto de 1919. Se trata de un faro, encima de un edificio de planta cuadrada y una torre al centro, que sobresale de forma muy especial en el entorno de la costa de Tossa y su cabo.
Se construyó para cubrir el vacío lumínico existente entre los faros de Calella y Palamós. Por la parte de poniente, su cuerda lumínica enlaza con la luz del faro de Calella, y enfilando un poco más hacia el SW, entronca con el sistema de faros de Barcelona, concretamente con el de MontjuÏc. 

Está emplazado en la punta más alta de cabo de Tossa, después de traspasar las murallas medievales de la población, en un lugar privilegiado por su panorámica. Situado a 70 metros sobre el nivel del mar, la altura de su torre es de 10m sobre el nivel de su emplazamiento, lo que hace que su destello se vea a más de 30 millas, a pesar que su alcance teórico sea de 21 millas

FARO DE CERBERE
El faro del final del mundo está en el Cap Cerbère. 

Cerbère ocupa una pequeña ensenada formada por los últimos contrafuertes de los Pirineos en el cantón de Côte Vermeille (costa Bermellón). Este faro limita la Costa Brava al sur, de la Côte Vermeille al norte. La costa rocosa del Rosellón empezó a ser conocida con este nombre en el siglo XIX, debido al color rojizo que sus rocas esquistosas presentaban al amanecer o con la puesta del sol. Salpicada de numerosos pueblos como Cerbère, también es famosa por sus fondos marinos.

 Totalmente autónomo, alimentado por células fotovoltáicas y posiblemente debido a este alarde de gran modernidad el faro tiene una sospechosa forma de cohete.

Se puede ver, cuando hace buen tiempo, desde 15 millas marina en alta mar. Funciona desde hace 20 años y la habilitacion del paisaje hace de él una parada apreciada.

BALIZA DE SANT FELIU DE GUÍXOLS


Pese a su calificación de baliza, tuvo farero titular de 1924 a 1981 y de 1986 a 2007. Disponía de una casa al principio del dique, hasta que quedó derruida por un bombardeo durante la Guerra Civil y el farero pasó a alojarse en el promontorio de Guíxols. Las luces de enfilación de su puerto evitan los varios escollos que hay en la bocana. Datan de 1912, con sucesivos cambios y mejoras.

PALAMÓS  (PUNTA DEL MOLÍ)



El faro de la punta del Molí, más conocido como faro de Palamós, se halla a 23 m.s.n.m. Su luz es blanca, con cuatro y una ocultaciones durante dieciocho segundos. El edifico del faro tenía la peculiaridad de que la torre de la linterna era hexagonal y estaba separada de la vivienda del farero.

Si bien el proyecto inicial de 1865 preveía un espacio para instalar baterías de artillería, ni siquiera durante la Guerra Civil llegaron a instalarse. En julio de 1936 un bombardeo lo dejó gravemente afectado, pero se recuperó; en noviembre de 1936 el crucero Canarias bombardeó un mercante amarrado en el muelle, pero no afectó al faro. A partir de febrero de 1937, por orden del delegado de defensa de la población, la luz se dejó apagada. Un mes más tarde, recibió el impacto de una explosión que estropeó el aparato óptico y parte de los cuadros de distribución e inutilizó la vivienda.

En 1975, el edificio estaba en muy mal estado a causa de varias grietas producidas por los bombardeos durante la guerra y por los movimientos provocados por la extracción de piedra en una cantera próxima. Para restaurarlo, se derribó casi por completo y se construyó un nuevo edificio que le da un aire de chalé burgués.

Consiste en una torre con la parte inferior de planta hexagonal y la superior cilíndrica con balconada. Delante se encuentra el mirador del faro con un pequeño acantilado y la roca llamada de la Mà del Gegant.

FARO DE SANT SEBASTIÀ (LLAFRANC)

El cabo de Sant Sebastià delimita el extremo meridional del golfo de León. Su situación provoca que, históricamente, haya sido punto de recalada de los barcos. Por ello, en la región podemos hallar varias torres de vigía, así como el castillo de Esclanyà en Begur, toda una señora fortaleza de época románica. 


Según el Plan de Alumbrado, tenía que ser el faro más importante de Cataluña, el único de primer orden. Aunque no determinaba si debía instalarse en el cabo propiamente dicho o en las islas Formigues, al exigir que el plano focal de la luz estuviera a 167,13 m.s.n.m. y un alcance de 23 millas solo quedaba la opción de que estuviera en tierra firme. La luz tenía que ser blanca, mientas que la luz del cercano puerto de Palamós iba a ser roja y de quinto o sexto orden.

Se inauguró con gran pompa en 1857. Antes de que se optara definitivamente por el emplazamiento actual, se estudió la posibilidad de construirlo en el cabo de Begur, pero se desestimó porque era demasiado próximo al cabo de Creus. En cambio, el emplazamiento actual tenía la ventaja de que iluminaba la costa de Sant Feliu y Palamós. El inconveniente es que se trata de un lugar donde suele haber tormentas eléctricas, como demuestra el hecho de que en 1883 un rayo penetrara en la sala de iluminación del faro y aturdiera al farero del turno de noche, o que en 1909 cayera a seis metros del farero un rayo que lo dejó cegado y paralizado durante cinco minutos. El edificio es el más grande entre los faros construidos en el siglo XIX.

En 1924 se cambió su óptica por una de tipo Fresnel, con lo que se consiguió un alcance de 20 millas para la luz fija y de 31 millas para la luz de destellos. En 1966 la óptica dejó de funcionar y se trasladó al Museo Marítimo de Barcelona. Actualmente emite un relámpago blanco cada cinco segundos. Su gran altura sobre el mar y su potencia de 3.000 W lo hacen visible a una distancia de 58 millas, es decir, más de 100 kilómetros. El faro está conectado a la red de señales mundial DGPS.

martes, 8 de enero de 2013

2013

Empieza un nuevo año. Un año lleno de propósitos, ilusiones y proyectos que intentaré cumplir.

Un pequeño resumen con fotografías de momentos, lugares y detalles inolvidables del 2012.

Amaneceres...




Primaveras...


Viejas amistades...


En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser.

Sentimientos...



Feliz año a todos!!!

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