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lunes, 25 de mayo de 2015

Sant Esteve del Mar, un viaje al pasado

Un viaje al pasado....


Lo primero que llama la atención al cruzar la verja de la entrada principal del castillo de Sant Esteve del Mar, los restos de la torre cuadrada al exterior, y ver que el suelo es la propia roca en la que está construido el castillo. Cabe tener en cuenta que sus muros fechan casi todos del S. XIII, como ya os conté en la anterior entrada, para situarnos.

Capilla de St. Esteve
De frente un camino lleva a la capilla dedicada a St. Esteve, patrón de La Fosca, que se encuentra con la estructura bien conservada, después de sufrir su última reforma en 1567. 

Dejando a la derecha la capilla y los restos de una torre ovalada, el camino de entrada tiene una pequeña bifurcación hacia la izquierda;  seguimos el camino y unas escaleras talladas en la propia roca, nos llevan al patio de armas. Desde aquí las vistas son impresionantes!!! El poblado ibérico, la playa de Castell, S'Alguer, Cap Gros, La Fosca... 



Situación de muro perimetral con torre al final

Se puede observar los restos de un muro perimetral que se pierde en el acantilado y, nos lleva a pensar como el castillo fue construido en su origen a ras de él (esto se hacía para evitar que los atacantes no pudieran escarbar bajo el castillo y así hacer que se derrumbara), y con los cambios de usos construyeron el actual. Aquí encontramos lo que debió de ser una torre de vigilancia, excavada en la roca natural, aunque los restos del rebozo interior nos indican que en algún momento de su historia, se debió de usar como cisterna. 

Detalles de las piedras semicirculares que indican que fueron troneras. 

Aspillera

Volviendo al camino anterior, cruzamos una segunda puerta a la derecha. Por su forma, muros ligeramente inclinados para hacer su base más ancha, especialmente robustos en la fachada al acantilado, con  varias aberturas, unas eran troneras: más grandes para sacar los cañones ya que, se pueden apreciar entre los restos y la vegetación las piezas semicirculares, y otras más pequeñas (aspilleras) para armas de menor calibre, esta vez nos encontramos el baluarte del castillo.

Detalle del muro con fachada al acantilado, en el que se aprecian
las diferentes secciones. También en suelo, la roca natural, indica que
que se utilizaba como cuadra para los animales.

Además, los restos de edificación que hay en el suelo, indican que debieron de ser estancias para los soldados cuando era un punto de defensa de los ataques y cuando ya fue masía, cuadras para los animales. En el baluarte, también hay los restos de una torre cuadrada. 



Para terminar, volvemos al inicio de la visita; girando a la izquierda encontramos los restos quizá más modernos de la edificación, cuando ya se convirtió en masía. 
Horno, chimenea, cenicero y suelo pavimentado, lo que indica que se usaba como vivienda 


Masía y Torre del Homenaje
Los restos de un horno muy bien conservado, la chimenea y el cenicero, hacen pensar que era la zona que se usaba de cocina. Los restos de unas escaleras suben al piso superior, y el bajo escalera se debía usar de despensa. Cruzando una puerta donde aún queda en píe la gran biga de madera, nos encontramos en la sala semicircular, en la que se aprecian sus dos plantas y que es la más cercana al camino de ronda actual. 

Esta torre se cree, que debió de ser la Torre del Homenaje, conocida por este nombre, porque era la torre donde residía el señor, guardaba sus bienes y víveres. Era la torre más alejada a los posibles ataques, como ya os he comentado, la mayoría de los ataques a St. Esteve del Mar se realizaban por mar, por lo tanto, era el último lugar en el que resguardarse de los ataques. Si esta torre sucumbía a los ataques, habían perdido la batalla. 



Animaros a hacer la visita con el Museu de la Pesca que merece la pena!

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