Sobre un acantilado con impresionantes vistas sobre el mar, se construyeron unos jardines maravillosos, muestra del espíritu que formó el movimiento novecentista en Catalunya del cual Eugeni d'Ors fue portavoz.
Los jardines de Santa Clotilde, diseñados a la manera de los antiguos
jardines, suaves pero austeros, del Renacimiento italiano,
fueron realizados por Nicolau Rubió i Tudurí. Aquí Rubió olvida la lección
hispano-árabe confundida entre las imágenes del jardín francés que le
enseña Forestier a través de la colaboración en los jardines de
Montjuïc, y se desplaza hacia la recuperación del espíritu renacentista
italiano, como esencia de la modernidad.
En Santa Clotilde hubo una simbiosis
entre el deseo del cliente (el marqués de Roviralta) y el conocimiento
del artista que favoreció
la creación de esta obra de arte.
El jardín adquiere autonomía formal respecto al paisaje y
aparece lo que será una de las constantes de la obra jardinera de
Rubió: el entroncamiento del jardín con la naturaleza.
A pesar de la autonomía total de formas de este jardín, unos agrupamientos arbóreos o a veces cortinas de árboles se fusionan con todo el paisaje que circunda el jardín, los ejes visuales fuertemente marcados, rigurosamente rectos, nos conducen hacia los distintos puntos de interés, al final de los cuales se encuentran elementos ornamentales, como estatuas o pequeñas fuentes que intentan romper en cierto modo la uniformidad del trazado.
Terrazas que se superponen, caminos que se entrecruzan, rampas y escaleras que conforman el trazado del jardín. Todo ello amenizado por el rumor incesante del agua.
Aguas quietas en el estanque del ninfeo y agua a chorro en las múltiples fuentes y en los surtidores que forman una interminable galería de lluvia.
En estos jardines, que se empezaron a construir antes que la casa, destaca una colección de estatuas de mármol de estilo neoclásico y las sirenas de la escultora Maria Llimona.
Josep Pla, en su libro "Guía de la Costa Brava" afirma con contundencia: la gran escalinata, flanqueada de soberbia cipreses, encarada sobre la punta de Santa Cristina produce una impresión imborrable y es uno de los momentos más bellos de la costa.
Aquí tenéis el enlace para acceder a la página de los Jardines de Sta. Clotilde y leer más sobre ellos. He sacado la información de esta web.