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miércoles, 11 de agosto de 2021

La Loire à Vélo (Stage 4.- Saumur - La Possonnière)

Saumur

El hecho de que El Patio estuviera en el paseo fluvial, y a unos 5 minutos del centro de Saumur, se notó también a la hora de descansar. Una habitación espaciosa y con mucho silencio, que el único sonido que nos despertó por la mañana fue el canto de los pájaros del propio jardín. 

El desayuno fue fantástico; zumo natural, cereales, yogures, mermeladas y como no podía ser de otra manera, baguette y croissant...Romain, nos explicó lugares pintorescos que nos esperaban en la ruta del día. Lugares donde parar a hacer un buen café o incluso picar algo y algunos de los pueblos con encanto, que podíamos visitar. 

Os animo a visitar el blog de Alfons, La Vida es Mejor sobre dos Ruedas donde encontraréis reflexiones, anécdotas y aventuras de estos viajes y más. 



Castillo de Saumur

Al tener el Chateux de Saumur justo detrás del hotel, decidimos ir a visitarlo antes de irnos. 5 minutos a pie subiendo una larga escalinata y allí le teníamos. Los jardines se pueden visitar sin pagar entrada y aprovechamos para hacer unas fotografías tanto del castillo como de sus vistas desde este punto, donde se puede ver la ciudad entera como no, con el Loira a lo largo de ella. Un lugar al que sin duda, quiero volver!


El Patio 



Dejamos Saumur atrás emocionados del día tan fantástico que habíamos tenido. Eso a veces, es una arma de doble filo ya que creas expectativas. La salida de Saumur fue buena, de momento era fácil, sin mucho tráfico, con una buena carretera y bien delimitada. Nos habían aconsejado un par de restaurantes sobre el Loira para hacer un café y un par de horas más tarde encontramos el primero, cerrado. 



La Route du Sel
Seguimos adelante positivos, era muy temprano y el segundo café del día podía esperar unos quilómetros más. Y así fue. Buena opción esperar. Entramos en una bonita comunidad marítima, Le Thouriel. Como todos, era muy pintoresco, pequeño, ese estilo de casas francesas tan romántico "trés jolie", pequeñas barcas amarradas a embarcaderos flotantes y entonces encontramos La Route du Sel, Restaurant Bar à Vins. Aunque la tentación era muy grande ya que en su carta tiene unos platos con una pinta estupenda, solo tomamos un café.  


Seguimos en ruta a través de campos de viña. Las carreteras estaban vacías por lo que el día fue muy tranquilo. Al no encontrar ningún lugar pintoresco en el que parar a comer algo, seguimos adelante haciendo alguna parada para comer alguna barrita, frutos secos...Sin darnos cuenta, entre charla, risas y dejarnos llevar por el paisaje, nos pasamos Trelazé y también Angers. Cosas que pasan!!! 


Decidimos hacer más quilómetros y así al día siguiente que la ruta era larga, ya los tendríamos avanzados. Llegamos a Savennières. Encontramos una panadería que justo abría, eran las 17h de la tarde ya. Compramos una empanadilla con más concepto árabe que francés, y preguntamos por algún hotel, camping o casa de huéspedes. 

Fanstástica equipación de https://sigr.cc/

18h.- No encontramos nada. Seguimos adelante y llegamos a La Possonière y al salir del pueblo, encontramos un pizzería llamada Piano Piano, de la que salía un señor al que le preguntamos si sabía de algún lugar para pasar la noche. Pascal resultó ser el propietario del restaurante y muy amablemente nos hizo pasar y se puso al teléfono. Después de unas cuantas llamadas, teníamos hotel. Gracias Pascal!!!

Loge & Broc resultó ser una casa de huéspedes fantástica. Casa típica francesa, con un jardín inmenso y un anexo que era el taller de Laure, la propietaria. Además de alquilar habitaciones, realiza pieza de cerámica, tapicerías y unos artículos de piel increíbles. La casa es un museo de antigüedades...No hay un rincón donde no tenga un jarrón, vajilla o incluso las sillas de época. 


Loge & Broc

Llegamos muy cansados. Con frío. Ganas de ducha y comer algo. Laure nos recibió muy amablemente, dándonos un lugar para las bicis y llevándonos a nuestra habitación. Preciosa, coqueta, a conjunto de la decoración  y en la buhardilla de la casa. Después de una ducha caliente todo adquirió otro color. Laure nos esperaba con una copa de vino de bienvenida de la zona, un Muscat delicioso. También nos preparó algo para picar; quesos y embutidos acompañados de la deliciosa baguette francesa. 

El resto de la tarde lo pasamos en el jardín. Una mesa de ping-pong nos hizo olvidar el cansancio y continuar con las risas y anécdotas del camino. 

Sin duda, no fue uno de los mejores días en cuanto a ruta, bastante plana en cuanto a paisaje, pero quizá de las más rica en anécdotas. Infinitamente agradecidos a Pascal por ayudarnos tan amablemente y Laure por el afecto recibido durante la estancia. 

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