Banyolas y su lago....Está fue la segunda de las escapadas de una jornada que hicimos cuando se aligeró el confinamiento más o menos en noviembre...Si, si, escribo muy tarde...Me ha costado decidir la manera en como quería compartir mis experiencias, viajes y aficiones, todas ellas fusionadas para que no sea una guía de viajes. Ni soy profesional y puedo aconsejar planes de entrenamiento...Solo compartir las páginas de mi libro. Llámale VIDA.
Ya os había hablado de Banyolas y su lago en otra ocasión, aquí os dejo el link El lago de Banyolas por si queréis leerlo, allí si os contaba curiosidades, ubicación y os mostraba con un buen número de fotografías, sus rincones.
También hoy quiero presentaros a mi socio o como yo le llamo My Partner In Crime. Alfons es más que un muy buen amigo y socio de aventuras. Nos conocimos hace tiempo y además de compartir virtudes y defectos, tenemos las mismas aficiones. Fotografía, viajes y bicicleta. Él sí es un experto en las tres. Hace muchos años que viaja en bicicleta, cicloturismo cuando se hacía con alforjas y ahora bikepacking, pero esto os lo muestro más adelante, que ahora me apetece enseñaros algunos rincones descubiertos, desde la perspectiva de una bicicleta, durante el confinamiento.
Alfons también tiene un fantástico blog del que os dejo aquí el link para que le echéis un ojo Life is better on Two Wheels
Vamos con la ruta. Esta vez no os daré datos de altura, ni de quilómetros ya que fuimos un poco sobre la marcha.
Primero hicimos la indispensable vuelta al lago, os la recomiendo porque si no lo habéis visto nunca, tiene los mil y un rincones, cada uno con su encanto. Eso sí, hay tramos de pista y otros asfaltados, os aviso para que lo tengáis en cuenta según la bici que usáis.
Una vez hecha, son unos 8 quilómetros, nos dirigimos en dirección a Camós, una carretera poco transitada, de ligeras curvas y sube baja que nos dejó en Conellà del Terri. Allí, ya cogimos la carretera, que aunque muy transitada y los coches circulan a gran velocidad, tiene dos carriles por lado, el arcén es ancho. La seguimos hasta Celrà, y de allí hicimos parada en Juià.
Este pequeño pueblo de la coamarca del Gironès, tiene unos 300 habitantes. Su origen es medieval y merece la pena hacer una parada ya que tiene mucho encanto.
El origen de este pueblo se atribuye al Castillo de Juià o también llamado "Catrum Julianum".
El castillo perteneció inicialmente y hasta el siglo XV al obispo de Girona, durante este mismo siglo pasó a manos de la corona. En el año 1830 la jurisdicción del pueblo era de patrimonio real.
Alguno de los lugares de interés del municipio:
Sant Joan de l'Erm: es una capilla donde existió una comunidad de donados en el año 1276. Posteriormente se instalaron unas monjas de Santa Coloma de Matella.
Castillo de Juià: se conservan pocos restos de él y éstos se hallan escondidos entre la vegetación.
El santuario de Els Àngels: el ascenso a éste suele iniciarse desde Sant Martí Vell, población también pequeña vecina de Juià, y el camino discurre entre bosques de encinas y pinos. Este santuario le dedicaremos una entrada más adelante, ya que su carretera y entorno bien se lo merece, no por menos es conocido como punto ciclista.
Después de esta pequeña parada, y debido a que los bares solo podían servir cafés para llevar, decidimos regresar pero haciendo una ruta circular a través de los pequeños pueblos del camino, hasta encontrar uno, que cruzara al otro lado del rio Ter.
Nos dirigimos a Bordils y desde allí hacia Sant Joan de Mollet, Flaçà, Sobrànigues, Sant Jordi Desvalls, La Cellera de Ter i ya por carreteras secundarias, hasta Banyolas otra vez.
Llegamos sobre las 17:30h y de lo único que pudimos disfrutar fue de un bonito atardecer, hay que reconocer que en L'Estany de Banyoles, se ven unos de los mejores, y un bol de muesli con yogur y fruta que habíamos dejado en el coche...Ah! y unas onzas de chocolate negro!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario