Como ya sabéis, me encantan las leyendas y para presentaros la cala El Crit, situada en el camino de ronda de Palamós a Calella, no podía hacerlo de otra manera que con una en la que verdad y leyenda se funden por la época en la que ocurrió.
Hubo un tiempo en que los piratas fueron los reyes del mar, no había rincón en el que no fueran temidos bien por mar o por tierra, y la Costa Brava no se libró de ellos.
Una noche apareció por la zona una nave pirata llegada de tierras moriscas, que a causa de una intensa niebla se refugió en la Cala de la Font-Morisca, muy cercana a la Cala El Crit.
Amantes de atacar las casas que encontraban a su paso y secuestrar a todas las personas para utilizarlas o venderlas como esclavas, a primera hora de la mañana el canto de un gallo les delató la cercanía de una masía, Can Gall Peric.
Al dirigirse hacia allí encontraron una familia con sus dos bellas hijas. Despues de arrasar con todo lo encontraron, uno de los piratas encaprichado de una de las hijas, la cogió dispuesto a llevársela, pero la chica intentó resistirse tanto como pudo, forcejando y dándole un mordisco al malhechor en el dedo. Este, enfurecido sacó su espada y la chica al verla dicen que gritó tan fuerte, que su voz pudo oírse a kilómetros de distancia... El pirata perdió todo su interés en ella y la degolló sin piedad pese a los ruegos de su padre, dejando su cadáver tirado en la misma playa. Hay quien cuenta que el nombre de la Cala El Crit se debe al grito del pirata al recibir el mordisco y hay quien dice que debido al grito de la chica.
El resto de la familia fue secuestrada y la casa quemada.
Hoy día, la Cala El Crit, es una remota playa frente a las Illes Formigues, pequeña, con permiso para practicar nudismo, poco frecuentada que aunque es de fácil acceso no dispone de ningún servicio y hay que caminar unos centenares de metros para llegar. En uno de sus extremos hay tres antiguas barracas de pescadores pero en bastante mal estado.