Mi colección de faros...
CAP DE CREUS
El cabo de Creus se llamaba en la Edad Media cabo de los Diablos, sin duda por el riesgo que conllevaba navegar demasiado cerca. Es el faro situado más al este de la Península Ibérica. El fuerte embate de los vientos, junto con la acción del mar, han desbastado en la roca formas extrañas y han forjado un roquedal de inusual belleza que ha inspirado la paleta de artistas. Antes de construir el faro actual, se estudió la posibilidad de darle otros emplazamientos. La presente ubicación responde a la lógica geográfica, puesto que el faro está construido sobre los cimientos de una torre de señales romana que en la Baja Edad Media también sirvió como torre de vigía.
En la plenitud del peligro turco, se proyectó la reconstrucción de la torre, que el paso del tiempo había reducido a ruinas. Su edificación se consideró tan necesaria que incluso el Consejo de Ciento de Barcelona aportó 200 libras. El faro, a 87 metros de altura, azotado por la tramontana y los fuertes levantes, es un punto de referencia de una de las zonas de navegación más dura de la costa catalana.
Se halla en la punta de L’Esquena, la parte más sobresaliente del cabo de Creus, a unos 400 m del mar y a una altura de 75 m, sobre un acantilado negro con una orografía escarpada y complicada que se precipita sobre el mar y forma varias calas agrestes, frente a la isla de S’Encalladora.
El embarcadero de cala Fredosa, en la parte sur, situado a cerca de un kilómetro del faro, sirvió para descargar los materiales de construcción y, una vez erigido el faro, para recibir el avituallamiento.
La mejoras tecnológicas hicieron que en la primera década del siglo XX la tercera plaza de farero se suprimiera.
Finalmente, en 2001 se marchaba la última y más veterana torrera, Elvira Pujol, nacida en L’Escala, quien evocó su relación con este entorno salvaje.
EL FARO Y EL CAMPANARIO DE COLLIURE
El campanario fue construido en la Edad Media y utilizado como faro de
Collioure. La Nave de la iglesia fue construida en 1684 y apegada al
campanario. Su estilo es el gótico meridional. El retablo de altar
mayor es de estilo barroco catalán tallado en madera y recubierta con
lamina de oro, es obra del catalán Josep Sunyer. La cúpula del
campanario se coloco en 1810.
Anunciaba la ubicación del antiguo puerto de Collioure mediante humo
durante el día y mediante fuego durante la noche.
A finales del siglo XVII, la antigua iglesia de Collioure fue
destruida, pero los consules de la localidad consiguieron que una
nueva fuera construida junto a los arrecifes de la vila, y pasó a
apoyarse sobre el faro. El gobernante de la ciudad, no quería que
Colliure continuara siendo puerto, ya que prefería que esta actividad
se llevara a cabo en Por Vendres, donde la bahía era mucho más
profunda, y fue el motivo por el cual el faró pasó a ser el campanario
de la iglesia.
Posteriormente,desaparecido El faro, construieron al final del
espigon uno más pequeño, simplemente para señalizar la entrada en la
Bahía.
TOSSA DE MAR
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Tossa de Mar |
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S'Aranella (Port de la Selva) |
Faro gemelo del faro de s'Arnella, en Port de la Selva, fue inagurado el 27 de agosto de 1919. Se trata de un faro, encima de un edificio de planta cuadrada y una torre al centro, que sobresale de forma muy especial en el entorno de la costa de Tossa y su cabo.
Se construyó para cubrir el vacío lumínico existente entre los faros de Calella y Palamós. Por la parte de poniente, su cuerda lumínica enlaza con la luz del faro de Calella, y enfilando un poco más hacia el SW, entronca con el sistema de faros de Barcelona, concretamente con el de MontjuÏc.
Está emplazado en la punta más alta de cabo de Tossa, después de traspasar las murallas medievales de la población, en un lugar privilegiado por su panorámica. Situado a 70 metros sobre el nivel del mar, la altura de su torre es de 10m sobre el nivel de su emplazamiento, lo que hace que su destello se vea a más de 30 millas, a pesar que su alcance teórico sea de 21 millas.
FARO DE CERBERE
BALIZA DE SANT FELIU DE GUÍXOLS
Pese a su calificación de baliza, tuvo farero titular de 1924 a 1981 y de 1986 a 2007. Disponía de una casa al principio del dique, hasta que quedó derruida por un bombardeo durante la Guerra Civil y el farero pasó a alojarse en el promontorio de Guíxols. Las luces de enfilación de su puerto evitan los varios escollos que hay en la bocana. Datan de 1912, con sucesivos cambios y mejoras.
PALAMÓS (PUNTA DEL MOLÍ)
El faro de la punta del Molí, más conocido como faro de Palamós, se
halla a 23 m.s.n.m. Su luz es blanca, con cuatro y una ocultaciones
durante dieciocho segundos. El edifico del faro tenía la peculiaridad de que la torre de la linterna era hexagonal y estaba
separada de la vivienda del farero.
Si bien el proyecto inicial de 1865 preveía un espacio para instalar
baterías de artillería, ni siquiera durante la Guerra Civil llegaron a
instalarse. En julio de 1936 un bombardeo lo dejó gravemente afectado, pero se recuperó; en noviembre de 1936 el crucero Canarias
bombardeó un mercante amarrado en el muelle, pero no afectó al faro. A
partir de febrero de 1937, por orden del delegado de defensa de la población, la luz se dejó apagada. Un mes más tarde,
recibió el impacto de una explosión que estropeó el aparato óptico y
parte de los cuadros de distribución e inutilizó la vivienda.
En 1975, el edificio estaba en muy mal estado a causa de varias
grietas producidas por los bombardeos durante la guerra y por los
movimientos provocados por la extracción de piedra en una cantera
próxima. Para restaurarlo, se derribó casi por completo y se construyó
un nuevo edificio que le da un aire de chalé burgués.
Consiste en una torre con la parte inferior de planta hexagonal y la
superior cilíndrica con balconada. Delante se encuentra el mirador del
faro con un pequeño acantilado y la roca llamada de la Mà del Gegant.
FARO DE SANT SEBASTIÀ (LLAFRANC)
El cabo de Sant Sebastià delimita el extremo meridional del golfo de
León. Su situación provoca que, históricamente, haya sido punto de
recalada de los barcos. Por ello, en la región podemos hallar varias
torres de vigía, así como el castillo de Esclanyà en Begur, toda una
señora fortaleza de época románica.
Según el Plan de Alumbrado, tenía que ser el faro más importante de
Cataluña, el único de primer orden. Aunque no determinaba si debía
instalarse en el cabo propiamente dicho o en las islas Formigues, al
exigir que el plano focal de la luz estuviera a 167,13 m.s.n.m. y un
alcance de 23 millas solo quedaba la opción de que estuviera en tierra
firme. La luz tenía que ser blanca, mientas que la luz del cercano
puerto de Palamós iba a ser roja y de quinto o sexto orden.
Se inauguró con gran pompa en 1857. Antes de que se optara
definitivamente por el emplazamiento actual, se estudió la posibilidad
de construirlo en el cabo de Begur, pero se desestimó porque era
demasiado próximo al cabo de Creus. En cambio, el emplazamiento actual tenía la ventaja de que iluminaba la costa de Sant Feliu y
Palamós. El inconveniente es que se trata de un lugar donde suele
haber tormentas eléctricas, como demuestra el hecho de que en 1883 un
rayo penetrara en la sala de iluminación del faro y aturdiera al
farero del turno de noche, o que en 1909 cayera a seis metros del
farero un rayo que lo dejó cegado y paralizado durante cinco minutos.
El edificio es el más grande entre los faros construidos en el siglo XIX.
En 1924 se cambió su óptica por una de tipo Fresnel, con lo que se
consiguió un alcance de 20 millas para la luz fija y de 31 millas para
la luz de destellos. En 1966 la óptica dejó de funcionar y se trasladó al Museo Marítimo de Barcelona. Actualmente emite un
relámpago blanco cada cinco segundos. Su gran altura sobre el mar y su
potencia de 3.000 W lo hacen visible a una distancia de 58 millas, es
decir, más de 100 kilómetros. El faro está conectado a la red de
señales mundial DGPS.