No podía irme de Madrid sin visitar El Retiro. En mi corta estancia en la capital, quise recorrer las calles de más renombre y monumentos más conocidos, y aunque me habían hablado más que bien del Retiro, no imaginaba que una vez cruzas una de sus más de 20 puertas, tienes la sensación de haber salido de la ciudad.
El Parque del Retiro, además de tener más de 15.000 tipos de árboles repartidos en sus 8 km, dispone de varios monumentos como el Estanque Grande donde se puede practicar remo, La Rosaleda, jardín con varios tipos de rosas, El paseo de las Estatuas, El Ángel Caído....y como no, El Palacio de Cristal.
Fue construido por Ricardo Velázquez Bosco y su diseño se inspiró en el Crystal Palace de Londres diseñado por Joseph Paxton.
Después de pasar por el estanque, siguiendo las indicaciones, encontraremos el Palacio de Cristal. Inspirado en un gran hibernadero, se inauguró para la Exposición de las Islas Filipinas. Su estructura es de metal recubierto con paneles de cristal.
Justo enfrente del palacio unas escaleras se sumergen en un pequeño estanque artificial con diferentes tipos de pato y árboles, pero los que llaman la atención, son los cipreses de pantano, una curiosa especie que sus raíces y troncos se sumergen en el agua. Siguiendo el paseo alrededor del palacio, podemos ver grandes Castaños de Indias y un pequeño túnel excavado en la roca que nos ofrece una bonita vista del Palacio a través de una cascada.
En la actualidad, El Palacio de Cristal, esta gestionado por el Ayuntamiento de Madrid y el Museo Reina Sofía, y se utiliza para ubicar diferentes exposiciones de arte.
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